La corrida de ayer según el parecer de Santi, en la foto con Cayetano Rivera, triunfador de la tarde.
Lo lleva en la sangre y ayer derramó esa sangre torera en la Malagueta. Era muy difícil superar la faena que hizo José Tomás el pasado miércoles pero Cayetano lo consiguió con el primero de su lote. Torería, temple y maestría en estado puro. Ayudó mucho el de Garcigrande. Ayer vimos en la Malagueta lo mejor del toreo con Cayetano y lo peor con Finito de Córdoba que le cogió pánico al segundo de su lote y no fue capaz de darle un pase, se dedicó a corretear detrás de él, tanto que el astado tuvo que ser devuelto a los corrales con el consiguiente abucheo y sorna del público. Juli tuvo el peor lote y aunque tuvo ganas, volvió a quedarse sin puerta grande en Málaga, una plaza que se le resite. Mal juego en general de los de Garcigrande y el de Zalduendo y buen sabor de boca que dejó Cayetano. Que pedazo de torero y qué clase. La Malagueta tenía ganas de verlo y el de triunfar, ingredientes más que de sobra para un matrimonio perfecto que ayer llegó a su pleno apogeo. Hoy más, Enrique Ponce y la dupla malagueña formada por Javier Conde y Salvador Vega. A ver que hace Conde, el año pasado vivió en sus carnes lo de ayer de Finito, dos consecutivas sería mucha tela. De él depende, la Malagueta expectante...
La corrida de ayer según la versión de Santi, en la foto con el diestro Fran Rivera
Otra vez la dura realidad. La cosa no empezó bien del todo con los toros, estaba prevista una corrida de Juan Antonio domecq, pero el equipo gubernativo echó para atrás gran parte del ganado; finalmente se lidiaron toros de tres ganaderías diferentes, que como en casi todas las tardes dieron un pobrísimo juego que volvió a enfadar al público de los tendidos. Tan sólo algunos pases de calidad de José María Manzanares en el tercero de la tarde merecieron la pena, bueno eso y las banderillas del Fandi, que siempre dan espectáculo, pero que no suman en afición. Por cierto, el callejón volvió a estar repleto de caras conocidas, por ejemplo la del periodista José María García que quiso ver in situ a su buen amigo Francisco Rivera. Otra decepción más y ya he perdido la cuenta.
La corrida del miércoles según el punto de vista de Santi, en la foto con Ramón Calderón, presidente del Real Madrid, que vino a Málaga a ver a José Tomás.
Por fin. Una tarde completa a la que no le faltó de nada: el mejor toreo de José Tomás (en la foto con su faena de muleta al quinto de la tarde), el maestro de los maestros, la emotividad con la despedida de la Malagueta de Pepín Liria, la confirmación de que hay una joven promesa llamada Daniel Luque que va para figura del toreo y una ganadería del Pilar que dio juego. A todo eso, hay que unirle el lleno hasta la bandera en los tendidos y un público entregado desde el principio. Pepin Liria tuvo el mejor lote, al primero le dio alguna tanda de méritos y al cuarto no supo enseñarle con la muleta. Se despidió de la Malagueta con una oreja. Con José Tomás llegó el delirio, estuvo más torero que nunca y le ligó una faena de ensueño al primero de su lote, la espada le privó de cortar dos orejas; sí lo hizo con el quinto, un sobrero, al que el de Galapagar enseñó y mimó desde el principio. Gran estocada que le valió la puerta grande. Daniel Luque tuvo el peor lote, pero evidenció que con tan sólo 19 años tiene argumentos para ser una figura de las de verdad. Una tarde prácticamente perfecta gracias al maestro. Un día escuché algo así como "si Dios fuese torero sería José Tomás". Ayer los amantes de la fiesta nacional volvimos a creer en Dios.
La corrida del martes según el punto de vista de Santi, en la foto con un cabreado Cid después de no haber podido redondear ninguna de sus dos faenas por culpa de la espada.
Tarde de expectación, tarde de decepción. Una frase muy taurina que resume perfectamente lo que ocurrió en la Malagueta. Un cartel de lujo con El Cid, Castella y Perera y una ganadería que ha dado grandes tardes en plazas importantes como la de Peñajara. Los toros dieron muy poco juego y tan sólo los dos sobreros (uno de Peñajara para el Cid y otro de Peralta para Perera) ofrecieron algo de juego. La tarde del martes confirma dos cosas: por un lado que los toros siguen siendo la gran asignatura pendiente de la plaza de toros de Málaga y, segundo, que Miguel Ángel Perera es un pedazo de torero que supo enseñar al sexto de la tarde y sacarle lo mejor de la tarde. Cortó la única oreja.
